jueves, 1 de mayo de 2008

Cautivadas por los "pingüinos"


Cuando se cumplían sólo dos meses del “gobierno ciudadano” de Michelle Bachelet, un grupo de adolescentes de entre 15 y 18 años identificados y representados por la clásica frase “no estoy ni ahí”, sorprendieron al país con su acción que provocó cambios notables en la prioridad de los asuntos públicos.

Quizá sin tener conciencia de los alcances de su movimiento, ese numeroso grupo de estudiantes secundarios, que aún no pueden ser llamados legalmente “ciudadanos”, lograron despertar y poner en evidencia el descontento que se había venido acumulando durante todos los años de transición a la democracia y de implantación del modelo económico heredado de la dictadura.

Los “pingüinos” con una fuerza y determinación no vistas en actores sociales durante los últimos 20 años dieron un vuelco en la agenda publica al poner el tema de la desigualdad como una prioridad de país, la que estuvo acallada por los buenos resultados macroeconómicos y las promesas de las autoridades de alcanzar el desarrollo en un futuro cercano.

La calidad y acceso equitativo a la educación fue la punta de lanza de estos jóvenes para criticar un sistema que no les agrada y que les genera incertidumbre respecto al futuro.

Para los mayores, tras la sorpresa surgían en la memoria el mayo francés de 1968 o de 1983, cuando en Chile se iniciaron las protestas en contra del régimen de Augusto Pinochet. Luego esas generaciones anteriores manifestaban de distintas formas su apoyo al movimiento. Ellos –padres, profesores- veían reflejadas en las demandas de los estudiantes las dificultades con las que se enfrentan día a día.

Se lo ha denominado revolución, revuelta, movimiento, estallido, rebelión y otros sustantivos. Pero ¿Qué es este movimiento?, ¿Qué lo hizo posible?, ¿Qué condiciones se dieron para que ocurriera? ¿Cuáles son las inquietudes profundas, la forma de ver la vida y a la sociedad de estos jóvenes, que antes de ser ciudadanos dan lecciones de vida cívica?

Las interrogantes se pueden multiplicar y la búsqueda de respuestas es lo que motiva a investigar en las causas profundas y las características del movimiento desde la perspectiva periodística en el más amplio sentido, con una acuciosa investigación, pero también con la mayor calidad y variedad narrativa que este oficio suscita.

A primera vista aparece claro que los estudiantes secundarios chilenos fueron capaces de poner el dedo en una llaga que no había podido o no había querido ser observada con tanta crudeza por los adultos; se observaba también que alzaron con energía una bandera que nunca pudo ser levantada por los universitarios –aunque lo intentaron- desde la década de los ’90.

En cierto modo, se podría interpretar que el estallido de los pingüinos mostró a una nueva generación de “sujetos políticos” que permanecían escondidos detrás de la aparente indiferencia e individualidad imperante en la sociedad que mira al siglo XXI. ¿será eso así? Es otra de las preguntas que tratamos de responder en esta investigación periodística.

Detectar cómo lograron cuadrar a la ciudadanía tras sus demandas más allá del rechazo inicial al desorden callejero y a la ausencia a clases, es un punto crucial para comprender lo que realizaron. La forma de organizarse y de relacionarse con el poder, con los medios de comunicación y con la sociedad mostró un vínculo nuevo e inédito de los jóvenes con la política, y tal vez, una nueva forma de hacer política.

¿Cómo es que justamente los que parecían tan indiferentes son los que toman la iniciativa de este movimiento social? ¿Por qué ellos y no los universitarios u otras organizaciones sociales y sindicales? ¿Por qué ésta generación de jóvenes y no las anteriores? ¿Cómo se explica que los mismos que rechazan los partidos políticos y no votan en las elecciones hayan logrado movilizarse por demandas que parecerían propias del mundo adulto?

Buscar respuestas a las interrogantes planteadas, penetrar en la profundidad de los acontecimientos e investigar a fondo el movimiento secundario, sus protagonistas e historias, así como presentarlo de manera cercana y amena parece una tarea de máximo interés para comprender los alcances del movimiento que convulsionó al país en el primer semestre de 2006, cuando apenas llevaba dos meses en el gobierno la primera mujer Presidenta de Chile. Es lo que nos hemos planteado en este trabajo que ahora adquiere forma de libro.

1 comentario:

dedeportivo dijo...

Chicas utilicen Facebook. Está la aplicación de eventos, grupos y el muro de los grupos (ICEI, Periodismo uchile, etc.)
Saludos...